Todos los peruanos en diferentes distritos de Lima, tanto el propietario de una casa en el distrito de «La Molina» como el de un asentamiento humano de Villa El Salvador gritan: ¡Que se luche radicalmente contra la delincuencia!.
Cada día el sicariato deja ríos de sangre en muchas víctimas. Por ejemplo, cuando la Policía Nacional captura a estos delincuentes, se dan con la sorpresa de que ya los habían capturado en anteriores ocasiones y que la Fiscalía no solicitaba penas estrictas sino ‘arrestos domiciliarios’ que nunca se cumplen o el Poder Judicial los deja libres ‘por falta de pruebas’.
Recuerdo que un profesor en el colegio decía: “Antes de la delincuencia, está la corrupción “. La corrupción, un mal endémico en nuestro país ha permitido que muchas instituciones públicas del Estado como el Poder Judicial, el Ministerio Público, en muchas ocasiones dejen en libertad a los delincuentes.
Es increíble que ahora los penales de Lima y Callao, como Lurigancho, Castro Castro y Sarita Colonia, así como en otras provincias del Perú, ‘El Milagro’ de Trujillo o ‘Picsi’ de Chiclayo, se han convertido en puntos donde se planean crímenes. Por ejemplo en el penal de ‘Maranguita’, viene a ser para los delincuentes la ‘secundaria’. Lurigancho y Sarita Colonia las ‘universidades del delito’.
En esas prisiones, los ‘taitas’ dominaban la venta de droga, trago y comida. Hoy, los ‘capos’ manejan la mafia de los celulares. Dirigen las extorsiones, los asesinatos, los robos en el país.
Antes las visitas eran el nexo entre los delincuentes y sus ‘baterías’ que estaban afuera. Ahora los «sin verguenza» están con la tecnología . Ni quieren salir. Adentro ‘tienen todo’: TV, droga, trago y hasta mujeres.
En Estados Unidos, los sistemas de máxima seguridad sepultan a los delincuentes, bajo el concepto de que no se van a redimir y deben salir para siempre de la sociedad porque la contaminan. O salen viejos, cuando ya no son un peligro. Los presos salen con libertad vigilada y tienen que reportarse con un custodio. Deben conseguir un trabajo o se lo consiguen.
LOS PERUANOS MANTENEMOS A LOS DELICUENTES
Aquí los ciudadanos mantenemos con nuestros impuestos a delincuentes que no hacen nada. Los que verdaderamente trabajan en artesanías y talleres son una minoría. En otros tiempos, a los peligrosos delincuentes del Perú se les llevaba a ‘El Frontón’, la isla al costado de la San Lorenzo.
Imitamos a los gringos que tenían a la tristemente célebre Alcatraz, llamada ‘La Roca’, adonde fue llevado Al Capone. Una isla de donde nadie podía fugarse. Hasta que tres convictos lo lograron. Ese episodio carcelario fue extraordinariamente retratado en el filme ‘Escape de Alcatraz’ (1979), de Don Siegel, con Clint Eastwood.
Cuando el presidente de la República, Pedro Castillo, asumió el poder prometió que les daba de plazo 72 horas a los delincuentes extranjeros para que salgan del país. Fue un chiste.