Para muchas personas, un libro es sólo un conjunto de textos. Sin embargo, para los amantes de la literatura un libro un significado mucho mayor, como una manera de viajar, conocer lugares, aprender idiomas, tradiciones.
Por ejemplo, al leer «Harry Potter» de J. K .Rowling, te conviertes en un viajero del mundo de la magia, y si eres testigo de la pelea de Lord Voldemort y Harry Potter podrás comprobar que el bien siempre triunfa sobre el mal.
Los autores peruanos también tienen su «arte de magia». Hay publicaciones que no sólo hablan de las Historias y Tradiciones del Perú, sino que reflejan la vida cotidiana del país sudamericano, cuentan las costumbres, jergas, cultura de nuestro país.
Según la revista «Literatura Universal» planteó el ranking de los escritores peruanos más leídos en el mundo.
1) Puesto Uno:
Ciro Alegría Bazán con su novela «La serpiente de oro».
La novela trata sobre sobre la vida cotidiana de los cholos balseros del caserío de Calemar, a orillas del rio marañón, en la ceja de selva del norte del Perú. También se relata de forma paralela la aventura de un ingeniero limeño, Osvaldo Martínez de Calderón, quién se interna en la región selvática para crear una empresa explotadora de los recursos naturales, a la que planea bautizar con el nombre de “La serpiente de oro”, nombre que aludía a la forma serpenteante del río y a sus riquezas auríferas.
Los calemarinos reverencian al río que es su fuente de trabajo y de alimento, pero a la vez le temen pues es la fuerza que eventualmente les puede arrebatar sus bienes y hasta la propia vida. Mientras tanto, el ingeniero, altanero y vanidoso, que ve con desdén a los cholos y cree que solo con su sapiencia citadina puede vencer a la naturaleza, muere tras ser picado por una serpiente amarilla, sin poder cristalizar su ambicioso proyecto. El relato, a través de diversas voces, continúa contándonos sobre la vida de los cholos balseros, los cuales trasmiten su oficio de generación en generación.
2) Puesto Dos:
Mario Vargas Llosa con su novela «Conversación en la Catedral».
La novela es un retrato crudo de la corrupción moral y la represión política que vive el Perú bajo la dictadura del general Manuel A. Odría. El cerebro de esa represión es Cayo Bermúdez o Cayo Mierda.
El protagonista, Santiago Zavala o Zavalita, es un joven de familia pudiente, que estudia en la Universidad de San Marcos, entonces uno de los núcleos de la oposición estudiantil que enfrentaba a la dictadura. Su padre, don Fermín Zavala, apodado Bola de Oro, es un próspero empresario que hace negocios muy rentables beneficiándose de la corrupción gubernamental. Zavalita se relaciona con los estudiantes comunistas e incluso es llevado a la comisaría, ante el escándalo de su familia; luego trabaja como periodista y se suma a la bohemia de sus compañeros de trabajo. Llega incluso a casarse. Pero hay algo que en su interior le atormenta.
Ese secreto que guarda la novela es la homosexualidad del padre de Zavalita, que sostiene encuentros sexuales con su chofer, el zambo Ambrosio. Hortensia (La Musa), una vividora ya en decadencia, se entera de ello y chantajea a Fermín. Ambrosio entonces mata a Hortensia, consternado al ver a su patrón en tal trance, aunque queda en el misterio si lo hace por propia cuenta o por orden de Fermín. Santiago sospecha todo ello; trata de no creer que su padre sea un asesino, un tormento que revivirá al encontrarse, años después, con el zambo Ambrosio en la perrera municipal, y con quien entabla el diálogo en el bar La Catedral, con el que principia la novela y que le da su título.
Esta tendencia del autor a convertir una aparente depravación sexual en el eje del suspenso se da también en La Fiesta del Chivo, donde el secreto del dictador dominicano es su repentina impotencia sexual al momento de tratar de violar a la niña Urania.
3) Puesto Tres:
José María Arguedas con su novela «Los ríos profundos».
La novela narra el proceso de maduración de Ernesto, un muchacho de 14 años quien debe enfrentar a las injusticias del mundo adulto del que empieza a formar parte y en el que debe elegir un camino.
El relato empieza en el Cusco, ciudad a la que arriban Ernesto y su padre, Gabriel, un abogado itinerante, en busca de un pariente rico denominado El Viejo, con el propósito de solicitarle trabajo y amparo. Pero no tienen éxito. Entonces reemprenden sus andanzas a lo largo de muchas ciudades y pueblos del sur peruano.
En Abancay, Ernesto es matriculado como interno en un colegio religioso mientras su padre continúa sus viajes en busca de trabajo. Ernesto tendrá entonces que convivir con los alumnos del internado que son un microcosmos de la sociedad peruana y donde priman normas crueles y violentas.
Más adelante, ya fuera de los límites del colegio, el amotinamiento de un grupo de chicheras exigiendo el reparto de la sal, y la entrada en masa de los colonos o campesinos indios a la ciudad que venían a pedir una misa para las víctimas de la epidemia de tifus, originará en Ernesto una profunda toma de conciencia: elegirá los valores de la liberación en vez de la seguridad económica. Con ello culmina una fase de su proceso de aprendizaje.
La novela finaliza cuando Ernesto abandona Abancay y se dirige a una hacienda de propiedad de «El Viejo», situada en el valle del Apurímac, donde esperará el retorno de su padre.